



La verdad es que he vuelto algo triste i con pocas ganas de enfrentarme de nuevo con la vorágine de la ciudad, el ruido, los gases contaminantes, la gente que grita sin ningun motivo cuando habla por el móvil...
En fin, lo que vendrían a ser las rarezas cotidianas de las urbes...
Menorca es un paraíso, sin duda alguna, un lugar totalmente diferente a tan solo 15 minutos, en avión, de Barcelona.
Diferente, por sus gentes, amables, abiertos, a pesar de lo que puedan decir, que saben lo que es la buena vida, la fiesta, el buen comer y el andar...jejeje! Si, si el andar, por dios que hartón de andar me he pegado!!
Tengamos en cuenta que soy de ciudad y a demás dibujante, para mi caminar un montón, provablemente, es un paseo para otros...
Me llevo muchas cosas de este viaje pero si debo quedarme con algo que quedo con dos cosas:
La gente, digamos amigos y las vistas, que vistas señores!!!
Així que, gracies Marc, Sara, Cati, Llorenç, Javi, Obdulia, Man, Eli, Victor, Xavi, Grenyes, Shreck...
Un plaer, que espero, si vosaltres voleu, repetiré!
Una abraçada!